El Hospital Universitario Infanta Elena de Madrid pone en marcha una novedosa tecnología que permite a los cirujanos practicar la intervención e imprimir el órgano, la lesión y el resultado
La cirugía laparoscópica ha supuesto una auténtica revolución en el mundo quirúrgico. Sin embargo, todavía hay complejas intervenciones que no se pueden llevar a cabo a través de esta técnica, mucho menos invasiva que la tradicional. Esto ocurre con muchos tumores de hígado y páncreas, “zonas más complejas de extirpar”, explica a ELPLURAL.COM el doctor Santos Jiménez de los Galanes, jefe del Servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática del Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid. “A través de este abordaje”, explica, “no tenemos contacto directo con las vísceras, no las tocamos, lo que hace que no las podamos localizar si no tenemos un mapeo, una estructura previa”.
Y es aquí donde entra en juego una novedosa tecnología que permite llevar a cabo este tipo de intervenciones por vía laparoscópica. Se trata de un innovador programa de modelización tridimensional avanzada, un sistema muy reciente que comenzó a utilizarse este mismo año y del que solo disponen tres centros en España: el Hospital Universitario de Bellvitge, el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca y el Hospital Universitario Infanta Elena.
Planificar y practicar
El programa permite a los cirujanos planificar y practicar la cirugía. Partiendo de los estudios que se le hacen de rutina al paciente cuando se realiza el diagnóstico y se programa la intervención, “reconstruimos de forma virtual un modelo en dos dimensiones que nos permite hacer una valoración de cuáles son las estructuras afectadas y de cómo tenemos que abordarlas”, aclara el doctor Jiménez de los Galanes.
Pero, además, “podemos simular la cirugía”, apunta. “Nos permite entrenarnos en el ordenador. Ver qué estructuras podemos seccionar y cuáles no”. De este modo, se establecen estrategias totalmente personalizadas que aumentan la precisión, la seguridad y la eficacia. “Podemos ir cambiando el tipo de cirugía en función de cómo vemos que evoluciona el órgano. Individualizamos cada caso”, precisa.
A esto hay añadir que se imprime, a través de una impresora 3-D, un modelo tridimensional. “Lo sacamos en tamaño real y con la lesión tumoral que tiene que ser extirpada”, sostiene este cirujano. Y “podemos imprimir, incluso, los distintos resultados de la cirugía, cómo queda el órgano”, destaca.
El modelo es esterilizable, de manera que “lo tenemos con nosotros en quirófano, al igual que ocurre con el resto del instrumental quirúrgico”, subraya. Y, por otro lado, disponer de él “nos permite enseñárselo al paciente y a la familia, de manera que se hacen una idea de lo que le vamos a hacer”, añade.
Solo ventajas
En los dos meses que lleva en práctica este sistema, se ha utilizado ya con 14 pacientes con resultados más que satisfactorios. “Todos son casos oncológicos, tumores localizados a nivel del hígado, que, de otro modo, nunca se podrían haber operado vía laparoscópica”, recalca el jefe de servicio de Cirugía Hepatobiliopancreática del Hospital Universitario Infanta Elena.
Para el paciente no hay ningún cambio y, sin embargo, se beneficia de todas las ventajas de una cirugía laparoscópica. Además de mejorar el resultado estético, al no haber grandes incisiones, “se reducen el dolor y las adherencias, la recuperación es mucho más rápida y el riesgo de complicaciones menor”, resalta el doctor Jiménez de los Galanes.
A esto hay que sumar que, al llegar al quirófano “sabiendo ya lo que vamos hacer y habiéndolo hecho en más de una ocasión”, precisa, “el proceso es más rápido, lo que se traduce en que el paciente está menos tiempo en quirófano”. Del mismo modo, el margen que se deja a posibles complicaciones intraoperatorias es más reducido, lo que hace la cirugía más segura, algo con lo que “se contribuye también al compromiso del hospital con la excelencia en la asistencia sanitaria”, resalta.
En términos oncológicos, una cirugía laparoscópica no presenta ninguna desventaja con respecto a una cirugía abierta, “es igual de buena”, matiza este cirujano, pero, “a corto plazo, las ventajas a la hora de recuperarse son muchas”.
Cirugía de futuro
Aunque el programa es muy reciente, el doctor Jiménez de los Galanes no tiene duda de que representa el futuro de la cirugía hepática. A día de hoy es una tecnología costosa, que se aplica, únicamente, en casos complejos, pero en los próximos años, muchas otras patologías y especialidades podrían beneficiarse de ella.
“Lo previsible es que en 2019 se utilice en cáncer de páncreas, e, incluso, en cáncer de colon, que muchas veces se infiltra en otros órganos y así puede verse a qué nivel lo hace”, resalta este médico, quien también reconoce los ‘efectos’ que sobre los propios cirujanos tiene esta tecnología. En este sentido, “estamos realizando un estudio sobre cómo se van modificando nuestras actitudes”, concluye.