El reflujo gastroesofágico es una de las patologías más frecuentes a nivel mundial, pero también una de las más incomprendidas. Su prevalencia global oscila entre el 10% y el 20%, dependiendo de la región, y su incidencia sigue en aumento debido a factores como el actual estilo de vida y la obesidad, tal y como recoge la Sociedad.
Sin embargo, esta enfermedad sigue siendo objeto de mitos y malentendidos que dificultan su manejo adecuado. Exploraremos y desmontaremos algunos de los mitos más comunes sobre el reflujo gastroesofágico, aclararemos las realidades respaldadas por la ciencia, ofreceremos una guía práctica sobre cuándo es necesario acudir a un especialista y revisaremos las diferentes opciones de tratamiento, desde las recomendaciones dietéticas hasta las técnicas quirúrgicas más avanzadas, como el uso de sistemas robóticos Da Vinci.
En primer lugar, ¿qué es y como afecta a nuestro organismo? El ERGE ocurre cuando los ácidos del estómago refluyen hacia el esófago, generando síntomas como pirosis (ardor en el pecho), regurgitación y molestias torácicas. Esta sintomatología se debe a una disfunción del esfínter esofágico inferior (EEI), que pierde su capacidad para cerrar adecuadamente y evitar el reflujo.
Existen una serie de factores predisponentes para el desarrollo de esta disfunción esfinteriana entre los que se encuentran:
- Obesidad: El aumento de presión intraabdominal favorece el reflujo.
- Hernia de hiato: Una condición anatómica que debilita la función del EEI.
- Medicamentos: Algunos fármacos, como los relajantes musculares, pueden exacerbar el ERGE.
- Embarazo: Cambios hormonales y mecánicos hacen que esta condición sea frecuente durante la gestación.
Según un estudio publicado en The American Journal of Gastroenterology, el ERGE tiene una prevalencia del 10-15% en adultos europeos y hasta el 30% en América. La falta de tratamiento puede derivar en complicaciones como esofagitis erosiva, úlceras y esófago de Barrett.
Mitos comunes: desmontando falsas creencias
Mito 1: «El ardor de estómago ocasional es igual a ERGE».
Es importante diferenciar entre episodios de acidez esporádicos y una condición crónica. La acidez ocasional puede ser causada por factores temporales, como una comida copiosa o estrés, mientras que el ERGE implica síntomas recurrentes al menos dos veces por semana.
Mito 2: «El ERGE es causado únicamente por comer alimentos picantes».
Aunque ciertos alimentos pueden desencadenar síntomas, el ERGE tiene múltiples causas, incluyendo factores genéticos, obesidad y tabaquismo.
Mito 3: «Beber leche alivia el reflujo».
La leche puede proporcionar alivio inicial, pero posteriormente estimula la producción de ácido gástrico, empeorando los síntomas en algunos casos.
Mito 4: «Solo los adultos mayores tienen ERGE».
El ERGE puede afectar a cualquier persona, incluidos niños y adolescentes. En los niños, puede manifestarse como regurgitación recurrente e irritabilidad durante las comidas.
Mito 5: «Los medicamentos son peligrosos y deben evitarse».
Los fármacos como los inhibidores de la bomba de protones (IBP) han demostrado ser seguros y eficaces en el tratamiento del ERGE, especialmente cuando se usan bajo supervisión médica. Sin embargo, si la sintomatología reaparece tras la suspensión de estos fármacos, debe valorarse la necesidad de tratamiento quirúrgico
Mito 6: «Si no hay dolor, no hay necesidad de tratamiento».
El ERGE puede ser silencioso pero provocar daño esofágico progresivo. La endoscopia puede ser necesaria para detectar estas complicaciones.
Mito 7: «La cirugía es el último recurso y es muy invasiva».
Gracias a avances como las técnicas laparoscópicas y los sistemas robóticos Da Vinci, los procedimientos quirúrgicos son ahora menos invasivos, más precisos y con una recuperación más rápida.
Tratamientos disponibles para el ERGE
El manejo del ERGE depende de la severidad de los síntomas y del impacto en la calidad de vida del paciente. Las opciones incluyen cambios en el estilo de vida, medicación y, en casos graves, tratamiento quirúrgico.
Cambios en el estilo de vida:
- Dieta: Evitar alimentos que agraven los síntomas, como chocolate, café, cítricos y frituras.
- Hábitos: Comer porciones más pequeñas y no acostarse inmediatamente después de comer. Elevar la cabecera de la cama reduce el reflujo nocturno.
Tratamiento farmacológico:
- Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como omeprazol, son la primera línea de tratamiento y han demostrado una eficacia superior al 80% en la reducción de síntomas crónicos.
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- Los antiácidos y bloqueadores H2, como la ranitidina, son útiles para casos leves.
Tratamiento quirúrgico avanzado
La cirugía es una opción para pacientes con síntomas persistentes, complicaciones graves, aquellos que no responden al tratamiento médico o presentan síntomas tras la suspensión del mismo. El procedimiento quirúrgico que trata definitivamente el reflujo gastroesofágico se denomina funduplicatura de Nissen e implica reforzar el EEI mediante la creación de un «manguito» o «neoválvula» alrededor del esófago con el tejido del estómago. La robótica ha revolucionado la cirugía antirreflujo, ya que, el sistema Da Vinci permite una precisión milimétrica gracias a sus brazos articulados y su visión tridimensional. Esto reduce las complicaciones quirúrgicas y acelera la recuperación.
Entre sus ventajas se encuentra un menor trauma tisular, menor dolor y riesgo de infección, lo que supone una recuperación más rápida en comparación con técnicas tradicionales. Además, resulta fundamental en casos complejos, como pacientes con hernias de hiato grandes, daño esofágico avanzado o pacientes intervenidos previamente. Según estudios recientes publicados en Journal of Gastrointestinal Surgery, es menos invasivo y tiene tasas de éxito superiores al 90%
En conclusión, el ERGE es una enfermedad tratable, pero requiere un enfoque integral que combine educación, diagnóstico temprano y manejo adecuado. Combatir los mitos sobre esta condición es crucial para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Gracias a los avances en el tratamiento, incluidos los procedimientos robóticos como el sistema Da Vinci, los pacientes tienen más opciones que nunca para controlar sus síntomas y proteger su salud. Ante cualquier síntoma persistente o complicado, consulta siempre a un especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo.