Patología Esofagogástrica

Tratamos todo tipo de patologías relacionadas con el Aparato Digestivo

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Reflujo Gastroesofágico

El término reflujo gastroesofágico (RGE) describe el paso del contenido del estómago hacia el esófago. En condiciones normales, el contenido gástrico o intestinal no pasa al esófago, ya que existe un sistema que lo previene llamado esfínter esofágico inferior (EEI) que actúa como una válvula e impide el paso del alimento. Cuando esta barrera muscular se altera o relaja inadecuadamente, el contenido gástrico pasa al esófago, irritando la mucosa y produciendo diferentes síntomas y/o complicaciones. En el reflujo gastroesofágico el diagnóstico y tratamiento están relacionados, puesto que se considera criterio diagnóstico la respuesta a la terapia antisecretora.

La enfermedad por reflujo gastroesofágico, por la acción corrosiva del ácido gástrico en el esófago, predispone a la aparición de erosiones o ulceras en el esófago (esofagitis). El esófago de Barret es una complicación poco frecuente de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, en esta enfermedad la mucosa esofágica es agredida por el ácido del estómago de forma constante, transformándola en una mucosa similar a la del intestino. La presencia de esófago de Barret predispone a la aparición de lesiones pretumorales, por lo que los pacientes con dicho trastorno, deberán ser vigilados mediante gastroscopias y biopsias de forma periódica y eventualmente pueden requerir una intervención quirurgica.

Los síntomas característicos del RGE son la pirosis (Sensación de acidez o quemazón en el centro del pecho y que se extiende en dirección al cuello), la regurgitación (Sensación de que la comida o los líquidos regresan de nuevo a la boca especialmente al agacharse o al tumbarse), tos, carraspera, ronquera matutina y disfagia (con el paso de los años el ERGE puede ocasionar dificultad para el paso de los alimentos por el esófago).

El diagnóstico inicial del reflujo gastroesofágico se basa en los síntomas. Sin embargo, si estos son diarios o es necesario mantener tratamiento farmacológico durante más de 2-3 semanas, es conveniente realizar exploraciones dirigidas a conocer:

  • Existencia o no de reflujo.
  • Existencia o no de complicaciones derivadas del reflujo.
  • Descartar otras lesiones que clínicamente se parecen al reflujo y tienen un tratamiento y un pronóstico diferente.

Los profesionales médicos podemos estudiar el reflujo mediante distintas pruebas diagnósticas:

  • Gastroscopia: permite saber si se ha producido inflamación esofágica (esofagitis) y su severidad. También permite tomar muestras para biopsia en el caso de encontrar lesiones y descartar otras enfermedades que pueden simular un reflujo.
  • Manometría esofágica: mediante una sonda se estudia cómo se mueve el esófago cuando el paciente traga lí
  • Radiografías con constraste: se administra un líquido oralmente, que es opaco y se puede ver por rayos X, y se estudia el paso de esófago a estómago y la existencia o no de reflujo hacia el esó
  • pHmetría de 24 horas: consiste en introducir una sonda por la nariz con un sistema en la punta que detecta el pH existente en el esófago y/o en el estó Permite saber cuándo se producen los episodios de reflujo, cuánto tiempo duran, si se relacionan o no con los síntomas, etc.

Nuestro centro y en particular nuestro equipo tiene amplia experiencia en el diagnostico y pruebas funcionales en relación con la patología esofagogastrica funcional.

El tratamiento que hemos de seguir se divide en:

Medidas dietéticas:

Hábitos de vida saludables, evitar sobrepeso, comidas copiosas, alimentos que originen pirosis, tabaco, bebidas alcohólicas, bebidas gaseosas, zumos cítricos y acostarse en las 2-3 horas siguientes a las comidas. Si existen síntomas nocturnos, elevar la cabecera de la cama, dormir sobre el costado izquierdo. Los pacientes con ERGE deberían practicar ejercicio físico regular 30 minutos o más al día, pero evitando el ejercicio físico intenso.

Farmacológicas:

  1. Inhibidores de la bomba de protones (IBP): Inhiben la secreción acida producida en el estó Son el tratamiento de elección tanto en la fase aguda como durante la de mantenimiento de la ERGE. Ejemplos: omeprazol, rabeprazol, pantoprazol, lansoprazol y esomeprazol
  2. Antiácidos y alginatos: Actúan neutralizando la secreción ácida y creando un efecto barrera. Actualmente juegan un papel secundario. Indicación: Control sintomático en los casos leves. Alivio de la clínica esporádica que pueda aparecer mientras se es tratado con otros fá Ejemplos: Bicarbonato de sodio, hidroxido de magnesio o almagato.
  3. Procinéticos: Mejoran el vaciamiento gástrico, aunque tienen un papel muy limitado.
  4. Anti-H2 (Antihistaminicos): Menos eficaces que los IBP. Son una alternativa válida en las formas con sintomatología leve y asociados a un IBP cuando existen síntomas nocturnos persistentes. Pueden ser una opción en el tratamiento de mantenimiento en los pacientes con síndrome típico de enfermedad por reflujo gastroesofágico y síntomas leves/infrecuentes. Ejemplos: ranitidina y cimetidina.

El tratamiento quirúrgico de la enfermedad por reflujo gastroesofágico, se denomina cirugía antirreflujo. Está indicado en casos en los que fracasa el tratamiento farmacológico, en determinados pacientes con estenosis péptica o con esófago de Barret. Se puede considerar en pacientes jóvenes que requieran toma continua de IBP para controlar sus síntomas. Esta intervención se realiza habitualmente por vía laparoscópica y existen varias técnicas aceptadas actualmente, entre ellas una de las más frecuente es la denominada funduplicatura de Nissen que en nuestro grupo puede ser realizada mediante Laparoscopia Convencional, laparoscopia con mini-instrumentos o por cirugía asistida por Robot Da Vinci.

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Tumores de Estómago

El estómago es un órgano con forma de “J” ubicado en la parte superior del abdomen. Es parte del aparato digestivo, que procesa los nutrientes (vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas, proteínas y agua) de los alimentos y ayuda a eliminar los materiales de desecho del cuerpo. Los alimentos pasan de la garganta al estómago a través de un tubo muscular y hueco que se llama esófago. Después de salir del estómago, los alimentos parcialmente digeridos pasan al intestino delgado y luego, al intestino grueso. El cáncer de estómago es un tipo de cáncer que se forma en los tejidos que lo revisten. La mayoría comienza en las células de la capa interna del estómago (la mucosa), que suele elaborar y secretar moco y otros líquidos. Estos tipos de cáncer se llaman adenocarcinomas y representan el 90 % de los casos de cáncer de estómago.

Las causas y/o factores de riesgo pueden ser múltiples, siendo muchos los factores que tiene un papel influyente en su desarrollo.

  • Edad y sexo : varones de más de 60 añ
  • Mayor incidencia en ciertas áreas geográ
  • Pacientes con historia familiar tienen de 2 a 10 veces mayor riesgo de desarrollar un tumor en el estó Algunas alteraciones hereditarias como el cáncer gástrico difuso, el Síndrome de Lynch, la Poliposis Familiar, Síndrome de Li Fraumeni, Síndrome de Peutz-Jeghers o la mutación de BRCA1 y 2 pueden incrementar el riesgo a desarrollar cáncer gástrico.
  • Infecciones: El H.pylori puede ser el responsable de úlceras pépticas con riesgo de transformación en una úlcera tumoral. La infección del Virus Epsten Barr.
  • Los hábitos dietéticos: Dietas ricas en sal, bajas en frutas y verduras o consumo elevado de alcohol y tabaco, se relacionan con una mayor incidencia.
  • Lesiones premalignas (gastritis atrófica o metaplasia intestinal) y cirugías previas pueden favorecer la aparición de cáncer gá
  • Haber recibido tratamiento ionizante es otro probable factor de riesgo pudiendo ser la causa en aproximadamente un 1% de los casos diagnosticados.

Puede sospecharse cáncer de estómago en diversas circunstancias. Desfortunadamente, las señales suelen ser vagas y muy comunes, pueden indicar muchos otros trastornos médicos. En la fase temprana, el cáncer de estómago no causa ningún síntoma. Por lo tanto, con frecuencia no se sospecha tumor gástrico. En el caso de que se produzca una combinación de las quejas que se indican a continuación, especialmente si son persistentes, debe considerarse la posibilidad de realizar exploraciones más en profundidad:

  • Molestias o dolor abdominal
  • Sensación de plenitud, incluso después de una comida escasa
  • Acidez, indigestión, eructos y acidez
  • Náuseas y/o vómitos, especialmente con sangre
  • Hinchazón o acumulación de líquido en el abdomen
  • Falta de apetito
  • Pérdida de peso extrema sin razón aparente

Las pequeñas pérdidas de sangre por el estómago también pueden provocar anemia que a su vez produce cansancio y dificultad para respirar o falta de aliento.

Para el diagnóstico del cáncer de estómago, el médico elaborará una historia clínica y efectuará una exploración física que le oriente sobre hábitos del paciente y/o la existencia de síntomas y signos que puedan hacer sospechar la existencia de un cáncer de estómago.

Para el diagnóstico, el mejor medio es la gastroscopia. Esta exploración, además, permite la obtención de muestras. La eco-endoscopia detecta mejor el grado de infiltración local y la presencia de adenopatías locorregionales. Además, se debe completar el estudio de con un TAC siendo incluso necesario la realización de un PET estadiaje o una laparoscopia diagnóstica.

En la cirugía gástrica se extirpa la zona del estómago enfermo. Dependiendo de la localización del tumor dentro del estómago, estará indicado extirpar todo el estómago o solo una parte. En ocasiones también es necesaria la extirpación de órganos vecinos para conseguir una resección completa.

Los tipos de cirugía son la gastrectomía subtotal parcial y la gastrectomía total. En el acto quirúrgico se realiza una linfadenectomía reglada (resección de los ganglios linfáticos asociados al estómago o tumor). En la actualidad, utilizamos la vía laparoscópica, mínimamente invasiva, en un intento de mejorar la recuperación del paciente tras la cirugía y restablecer la vida cotidiana de modo más temprano (link a cirugía laparoscópica).

En los tumores avanzados, Estadio IV, diseminados en forma de Carcinomatosis Peritoneal, existen unas indicaciones muy concretas en las que pueden realizarse, tras un evaluación individualizada y específica, técnicas avanzadas de quimioterapia hipertérmica intrabdominal (HIPEC) o quimioterapia presurizada en forma de aerosoles (PIPAC).

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Tumores de Esófago

El esófago es una especie de tubo hueco y muscular por el que pasan los alimentos y los líquidos desde la garganta hasta el estómago. La pared del esófago se compone de varias capas de tejido, que incluyen la membrana mucosa, el músculo y el tejido conjuntivo. El cáncer de esófago comienza en el revestimiento interno del esófago y se disemina hacia afuera a través de las otras capas a medida que crece.

Los dos principales tipos de cáncer de esófago son el carcinoma de células escamosas (carcinoma escamocelular) y el adenocarcinoma. El primero comienza en las células planas que forman el revestimiento interno del esófago, mientras que el adenocarcinoma comienza en las células que producen y liberan moco y otros líquidos. La frecuencia de ambos tipos es la misma.

El cáncer de esófago no causa síntomas hasta una fase más avanzada. En esta situación, el síntoma fundamental es la dificultad para la deglución o sensación de detención de alimento al tragar, también conocido como disfagia. Esta dificultad está provocada por la obstrucción del esófago por el tumor. Generalmente, comienza para alimentos sólidos y paulatinamente va ampliándose teniendo mayor dificultad para líquidos. Si la evolución de la masa continua puede llegar hasta la obstrucción completa del esófago con imposibilidad total para la deglución.  Otros síntomas habituales son: regurgitación, alteraciones de la voz, dolor en el pecho, pérdida de peso de causa injustificada, vómitos.

Para llegar al diagnóstico de cáncer de esófago, previo a realizar cualquier prueba invasiva, se debe llevar a cabo una exhaustiva historia clínica y una adecuada exploración física.

Es posible que se usen las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Radiografía del tórax: radiografía de los órganos y huesos del interior del tó Un rayo X es un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra una imagen de áreas del interior del cuerpo.
  • Esofagogastroscopia: procedimiento para examinar el interior del esófago a fin de verificar si hay áreas anormales. Se introduce un endoscopio a través de la boca, y se lo hace bajar por la garganta hacia el esó Un endoscopio es un instrumento delgado en forma de tubo, con una luz y una lente para observar. A veces tiene una herramienta para extraer muestras de tejido que se observan al microscopio para verificar si hay signos de cáncer.
  • Biopsia: extracción de células o tejidos para que un patólogo los observe al microscopio y determine si hay signos de cá Durante una esofagoscopia se hace una biopsia que, a veces, muestra cambios en el esófago que no son cáncer, pero que pueden conducir a un cáncer.

La cirugía es el tratamiento de elección en los pacientes en buen estado general de salud. Cuando los ganglios linfáticos cercanos están afectados, la cirugía continúa siendo el mejor tratamiento. Sin embargo, los ganglios linfáticos afectados reducen la posibilidad de cura para los pacientes y, por lo tanto, debe discutirse en un equipo multidisciplinar un tratamiento combinado que incluya quimio y/o radioterapia, si en el proceso de estadificación inicial se sospecha afectación de los ganglios linfáticos.

Durante la operación quirúrgica se extirpará la parte del esófago que contiene el tumor. Hay diferentes maneras o técnicas para ello, la decisión sobre la técnica dependerá de la localización, la extensión del tumor y la experiencia del equipo quirúrgico. Además de la extirpación del esófago, extirparemos todos los ganglios linfáticos cercanos y, en la mayoría de los casos, también será preciso extirpar una parte del estómago.

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Achalasia

La acalasia es un trastorno poco frecuente que dificulta el paso de alimentos y líquidos desde el esófago, que conecta la boca con el estómago, hacia el estómago.

La acalasia se produce cuando se dañan los nervios del esófago. En consecuencia, el esófago se paraliza y se dilata con el tiempo y, finalmente, pierde la capacidad de empujar la comida hacia el estómago. Entonces, la comida se acumula en el esófago. A veces, se fermenta y regresa a la boca, donde puede tener un sabor amargo. Algunas personas la confunden con la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Sin embargo, en la acalasia, la comida viene del esófago, mientras que en la enfermedad por reflujo gastroesofágico, viene del estómago.

La acalasia no tiene cura. Una vez que el esófago se paraliza, el músculo no puede volver a funcionar correctamente. Sin embargo, los síntomas habitualmente se pueden tratar con endoscopia, procedimientos mínimamente invasivos o cirugía.

El síntoma principal es la dificultad para tragar (disfagia), tanto sólidos como líquidos. Aunque es menos frecuente, puede sentirse dolor torácico durante la deglución o sin ninguna razón aparente. Cerca de un tercio de las personas con acalasia regurgitan líquidos y alimentos no digeridos.

El médico suele insertar una pequeña sonda en el esófago para medir la presión del esófago y del esfínter esofágico inferior (manometría esofágica). Con frecuencia, se examina el esófago con una sonda flexible de visualización (esofagoscopia). Durante la esofagoscopia, el médico puede hacer una biopsia (toma de una muestra de tejido para su examen al microscopio) con el fin de asegurarse de que la causa de los síntomas no sea un cáncer de la parte inferior del esófago.

Las radiografías del esófago efectuadas durante la ingestión de bario (una papilla baritada) muestran la ausencia de las ondas rítmicas de contracciones musculares normales del esófago (peristaltismo). El esófago está dilatado, normalmente solo de forma moderada aunque ocasionalmente puede alcanzar grandes proporciones, pero existe un estrechamiento a la altura del esfínter esofágico inferior.

El tratamiento de la acalasia se centra en relajar o estirar la apertura del esfínter esofágico inferior, para que los alimentos y los líquidos puedan pasar más fácilmente a través del tracto digestivo.

El tratamiento específico depende de tu edad, tu estado de salud y la gravedad de la acalasia.

Tratamiento no quirúrgico

En fases iniciales o pacientes poco sintomáticos pueden utilizarse tratamientos no quirúrgicos tales como: dilatación neumática, bótox,  medicamentos como relajantes musculares tipo nitroglicerina o la nifedipina antes de comer.

Las opciones quirúrgicas para tratar la acalasia consisten en la realización de una Miotomía de Heller. Cortaremos el músculo del esfínter esofágico inferior para permitir que la comida pase más fácilmente al estómago. Realizamos el procedimiento mediante Laparoscopia Convencional, laparoscopia con mini-instrumentos o por cirugía asistida por robot Da Vinci.

Algunas personas que se someten a una miotomía de Heller pueden desarrollar posteriormente una enfermedad por reflujo gastroesofágico, para evitarlo asociamos un procedimiento conocido como funduplicatura al mismo tiempo que una miotomía de Heller. En la funduplicatura, envolveremos la parte de arriba del estómago alrededor de la parte de abajo del esófago para crear una válvula antirreflujo, que evita que el ácido regrese al esófago (enfermedad por reflujo gastroesofágico).

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Hernia de Hiato

La hernia de hiato se produce cuando la parte superior del estómago protruye a través del diafragma (músculo grande que separa el abdomen del tórax). El diafragma tiene un pequeño orificio (hiato) a través del cual pasa el tubo de alimentación (esófago) antes de unirse al estómago. En la hernia de hiato, el estómago empuja hacia arriba para pasar por este orificio e ingresar en el tórax. El hiato diafragmático es parte de la barrera anatómica que separa el esófago del estómago. Si se desplaza el estómago hacia el tórax, esta barrera no es efectiva y el contenido gástrico puede pasar con facilidad al esófago. Por lo tanto,la existencia de una hernia de hiato favorece el reflujo gastro-esofágico, pero no es su única causa.

Cuando la hernia de hiato es pequeña no suele generar problemas. Es posible que nunca te enteres de que tienes una, a menos que el médico la descubra mientras hace un control a causa de otra afección.

En su mayoría, las hernias de hiato pequeñas no generan signos ni síntomas. Pero las hernias de hiato más grandes pueden causar:

  • Acidez estomacal
  • Regurgitación de comida o líquido a la boca
  • Retroceso de ácido estomacal al esófago (reflujo ácido)
  • Dificultad para tragar
  • Dolor abdominal o en el pecho
  • Sentirse lleno poco después de comer
  • Falta de aire
  • Vómitos con sangre o heces de color negro, que pueden indicar sangrado gastrointestinal

Habitualmente, una hernia de hiato se descubre durante una prueba o un procedimiento para determinar la causa de la acidez estomacal o del dolor en el pecho o en la parte alta del abdomen. Estas pruebas o procedimientos comprenden los siguientes:

  • Radiografías: se administra un líquido por via oral, que es opaco y se puede ver por rayos X, y se estudia el paso de esófago a estómago y la existencia o no de reflujo hacia el esó
  • Gastroscopia: se introduce un tubo con una cámara de vídeo en la punta a través de la boca para llegar al estó Permite ver directamente las paredes del esófago y del estómago, con lo que permite saber si se ha producido inflamación esofágica (esofagitis) y su severidad; también permite tomar muestras para biopsia en el caso de encontrar lesiones y descartar otras enfermedades que pueden simular RGE.
  • Manometría esofágica: mediante una sonda se estudia cómo se mueve el esófago cuando el paciente traga lí
  • pHmetría de 24 horas: consiste en introducir una sonda por la nariz con un sistema en la punta que detecta el pH que existe en el esófago y/o en el estó Permite saber cuándo se producen los episodios de reflujo, cuánto tiempo duran y si se relacionan o no con los síntomas.

El primer paso consiste en tomar unas medidas dietéticas y posturales sencillas que permiten en muchos casos (25 por ciento) un adecuado control de los síntomas:

  • Evitar las comidas y las bebidas que favorecen la relajación del EEI, incluyendo grasas (especialmente fritos), pimienta y especias, chocolate, alcohol, café, frutos cítricos y tomate.
  • Perder peso en caso de obesidad.
  • Dejar de fumar.
  • Elevar la cabecera de la cama unos 10 cm. Es importante NO colocar almohadas, que sólo consiguen flexionar el cuello. Se trata de conseguir una inclinación de todo el tronco, por eso se aconsejan camas articuladas o colocar tacos de madera en las patas delanteras de la cama.
  • Evitar acostarse hasta haber pasado 2 ó 3 horas de la ingesta.
  • El tratamiento farmacológico se indica cuando las medidas anteriores no son suficientes. Las medidas dietéticas y posturales deben mantenerse a pesar de seguir un tratamiento farmacológico, puesto que está demostrado que ayudan sensiblemente al buen control clínico de la enfermedad.

A veces, las hernia de hiato requieren una intervención quirúrgica. La cirugía se suele usar para las personas a quienes no les han funcionado los medicamentos para aliviar el ardor de estómago y el reflujo ácido, o que tienen complicaciones como una inflamación grave o estrechamiento en el esófago.

La intervención de hernia de hiato puede implicar recolocar el estómago hacia abajo al abdomen y reducir el tamaño de la abertura en el diafragma o reconstruir el esfínter esofágico. La cirugía se realiza en nuestro centro mediante técnica mínimamente invasiva, Laparoscopia Convencional, laparoscopia con mini-instrumentos o por cirugía asistida por robot Da Vinci. En dicha cirugía se inserta una cámara muy pequeña e instrumentos quirúrgicos especiales a través de varias pequeñas incisiones en el abdomen.

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